Película "Irati" - Breve análisis mitológico

Si amas la mitología y la épica medieval y aún no has visto la película Irati, solo te diré una cosa: ya estás tardando. Si ya la has visto, seguro que has identificado a varias de las criaturas de la mitología vasca que muestra la película de Paul Urkijo. Pero, ¿se parecen a los seres que aún perviven en algunos mitos y que tan magistralmente recogió Barandiaran? ¡Vamos a comprobarlo!

**Spoiler alert**: intentaré no desvelar detalles importantes de la trama, pero algún mini-spoiler va a caer.



Mari: la diosa madre, soberana de todas las criaturas mágicas de la mitología vasca. Acertadamente, Irati ubica la morada de Mari en una cueva. A lo largo de toda Vasconia, Mari ha habitado en diversas cavernas, siendo la más famosa la cueva de Mari en el monte Anboto, si bien no se puede descartar que para los navarros habitara en alguna de las grutas de su territorio.

Adentrándonos en la cueva junto al padre de Eneko, descubriremos diversas pinturas en las que se desarrollan escenas y criaturas de la mitología vasca. (Que yo sepa y por desgracia) estas pinturas no existen, pero es uno de los puntos del largometraje en el que se puede apreciar el detallismo y cariño con el que muestran la mitología vasca.

En la película Mari se desvela como una mujer con el rostro oculto, un ser elemental de fuego, que también domina las tormentas. En efecto, la diosa siempre se ha asociado con elementos meteorológicos, en especial con el arcoíris. También se puede transformar en animales, siendo uno de los más típicos el carnero. En la película aparece un carnero, si bien no sabemos si se trata de otra cara de Mari o de un sirviente, Aker o Ahari.

En Irati la vemos hilando con la rueca, lo que nos recuerda a las Moiras. Mari mantiene unidos el mundo espiritual y el terrenal hilando, y algunos autores quieren relacionar el nombre de “mairu” con el verbo “irun”, hilar.

A Mari se la puede considerar también una lamia, pues peina sus cabellos con un peine de oro, y cuida de sus hijas las lamiak. En una escena de la película, la madre transformada rescata a su hija y salen volando. Esto ocurre también en la leyenda en la que se desposa con Diego López de Haro, al romper el marido su promesa.

Mari es una reina y el protocolo es fundamental al tratar con ella. No recuerdo con exactitud si en la película Mari le indica a su visitante que la tutee, pero suele ser una de sus primeras peticiones. Otro protocolo es salir de la cueva igual que como se entró: sin darle la espalda a Mari, es decir, caminando hacia atrás. Esta parte la omiten en la película, quizá por la dificultad.

En algunas leyenda, Mari pide a las mujeres o pastoras que la visitan que dediquen siete años de su vida a aprender de ella en la cueva. En la película, la petición es distinta.

Su marido es Sugaar, la serpiente primigenia.



Lamiak o laminak: las lamias son hadas del agua, similares a las anjanas cántabras, las xanas asturianas, las mouras gallegas o las encantadas del resto de la Península. Las lamias se caracterizan por tener pies de pato, gallina o cabra. En Irati vemos el primer caso. Cantan en los arroyos para atraer a los hombres y peinan su larga cabellera con un peine de oro, como también muestra la película. En función de las historias, pueden ser criaturas benévolas o malignas. Su retroceso comenzó con la cristianización, los arados tirados por bueyes y las ermitas, si bien la película pone el foco en un agravio más medioambiental: la tala de la selva de Irati.



Sugaar: serpiente primigenia, creada por Mari y a la vez marido de la diosa. Como en la película, habita en diversas cuevas del territorio vasco. Toma la forma de una gran serpiente, un dragón (Suge) o forma humana. Está asociado a las tormentas, si bien a veces también con el fuego, como en Irati.

En dos escenas del filme, si el ojo y la memoria no me fallan, la serpiente presenta torso de tártalo, el cíclope devora-hombres de la mitología vasca, fusionando dos criaturas.



Basajaun: el famoso señor del bosque. Se trata de una criatura humanoide, enorme y peluda que habita en lo más denso de los bosques y que ayuda a la gente en apuros avisándolos con sus silbidos. Aparece en la película de forma anecdótica, como un ser medio árbol, huyendo del ansia destructora de los madereros.


Eguzkilore: la flor del sol, Carlina acaurisacanthifolia. Otorgado por Mari o Amalur a los hombres para sustituir al sol durante la larga noche, este cardo tradicionalmente se colocaba en las puertas y ventanas de los caseríos vascos para protegerse de las brujas. Cosa curiosa, teniendo en cuenta que Mari es la bruja mayor. En la película vemos que los protagonistas se lo cuelgan del pecho para protegerse de las criaturas que moran en la oscuridad de la caverna.


Eneko Aritza: nuestro protagonista, encarnado por el actor Eneko Sagardoy, es también leyenda. Iñigo Arista es el primer rey legendario de Pamplona, famoso por enfrentar a las tropas carolingias. De su padre, que también aparece en la película como un pagano, la información es escasa. La tradición sí cuenta que su madre se llamaba Oneka y que se desposó con el mulad Musa ibn Furtun, sometiéndose así Eneko al emir de Córdoba, como vemos en el largometraje. Lo que no nos muestra es que Oneka tuvo allí a otro hijo, Musa ibn Musa, que primero combatiría junto a su hermanastro y, después, contra él.

Sin embargo, según las fuentes, durante la batalla de Oreaga en la que los navarros derrotaron a las tropas carolingias, Eneko ya sería adulto, y es justo después de esta victoria cuando los nobles vascos lo nombran rey. Aquí parece que la película se da una licencia con los tiempos.


En la película también se mencionan otros seres y tradiciones, como las brujas sorginak o los dólmenes construidos por los gentiles. En resumen, Paul Urkijo ha ejecutado con maestría este largometraje, poniendo especial cariño en recrear la riquísima mitología vasca, cuidada hasta el detalle más mínimo, y respetada en casi todos los casos.


Más allá de la mitología, la trama y la historia de amor pueden resultar algo anodinas, pero las preciosas imágenes y la banda sonora la convierten en una película, cuanto menos, entretenida.


Contadme: ¿La habéis visto? ¿Qué os ha parecido?


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