Cartago, el azote del mar - Historia

Hoy hablamos sobre la gran potencia de Cartago, muy conocida por sus enfrentamientos con Roma, pero poco se habla de sus costumbres, religión y su existencia antes de Roma, que conoceremos en la novela "Ambicatus, el primer rey de la Galia".

¡Allá vamos!

Orígenes:

Fundada en el siglo IX a.C., Cartago se ubicaba en la actual Túnez, en el norte de África.

Según la leyenda, la princesa fenicia Elisa (también conocida como Dido) huyó de su hogar en Tiro (actual Líbano) y fundó la ciudad. Elisa se enamoró del héroe troyano Eneas y se suicidó tras su marcha de Cartago.



Cartago fue un centro de comercio mediterráneo, con rutas que llegaban hasta Europa, África y Asia Occidental.

Su poderío se basaba en su flota marítima, que le permitió controlar y proteger sus rutas comerciales. Existían dos puertos o cothon interconectados que podían albergar la inmensa flota cartaginesa.

Su talasocracia se reforzó con la fundación de colonias como Qart Hadasht (Cartagena).


Gobierno

Cartago estaba gobernado por una república controlada por la aristocracia, así como otros órganos como el Senado de los Cien.



La religión de Cartago tenía raíces fenicias y estaba centrada en deidades como Baal Hammón (amo, dios de la lluvia y el trueno, representado con cuernos de carnero) y Tanit (equivalente a Astarté, esposa de Baal y diosa de la fertilidad), siendo la figura central Melkart (fuego de la ciudad y viajero). Algunos relatos antiguos de otros lugares fenicios, así como el hallazgo de multitud de tumbas próximas al Tofet, sugieren que los cartagineses practicaban sacrificios humanos, en particular de niños, aunque esto es un tema de debate entre los historiadores.


Conflictos

Antes de las famosas Guerras Púnicas con Roma, Cartago ya había experimentado conflictos significativos, particularmente con las polis griegas que intentaban expandirse por el Mediterráneo occidental. Uno de los enfrentamientos más notorios fue la Batalla de Alalia, librada alrededor del 540 a.C., en la que cartagineses y etruscos se unieron para enfrentar a los griegos foceos. Aunque el resultado fue esencialmente un empate, los foceos decidieron retirarse de Córcega tras el enfrentamiento, consolidando la influencia de Cartago en la región. Este período marcó un esfuerzo concertado de Cartago para establecer su dominio en el Mediterráneo occidental, creando una serie de alianzas y estableciendo bases que les permitieron bloquear, en gran medida, el acceso griego a áreas como Sicilia, Cerdeña y partes de la Península Ibérica. Estas acciones sentaron las bases para las futuras tensiones con Roma, ya que ambas potencias buscaron expandirse en las mismas regiones estratégicas.

Cartago luchó tres guerras importantes contra Roma, conocidas como las Guerras Púnicas (264-146 a.C.).

La más famosa es la Segunda Guerra Púnica, en la que el general cartaginés Aníbal Barca cruzó los Alpes con elefantes para invadir Italia. Aunque ganó varias batallas, no logró derrotar a Roma por completo.

Al final de la Tercera Guerra Púnica, en 146 a.C., Roma destruyó Cartago por completo.


Declive y Legado:

Tras su destrucción en 146 a.C., el territorio de Cartago pasó a ser una provincia romana. En el año 29 a.C., Julio César la refundó como colonia Romana.

Esta ciudad se convirtió en un importante centro del Imperio Romano en África.

Aunque Cartago ya no existía como potencia, su influencia se puede ver en la expansión de la cultura fenicia y púnica por el Mediterráneo, y en su eterna rivalidad con Roma que ha dejado un legado duradero en la historia occidental.



En la novela histórica “Ambicatus, el primer rey de la Galia” visitamos Cartago:

“A pesar de que el otoño entraba con fuerza, el tráfico marítimo en las inmediaciones de Cartago era apabullante. Los hippoi y las gaulas púnicas acudían a su letargo invernal, plagando la costa. El puerto se ubicaba dentro de una bahía redondeada que los cartagineses habían sabido aprovechar a la perfección”.

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