Teucro, de Troya a Pontevedra - Mitología


Hoy quiero hablaros de Teucro, el protagonista del segundo relato de “Historias de bronce y mar”.



Teucro fue uno de los héroes de Troya, hijo de Telamón y medio hermano del famoso Áyax el Grande. Por parte de madre, Teucro era sobrino de Príamo y, por tanto, primo de Héctor y Paris, contra los que guerreó.



Arquero aclamado, pues poseía un arco regalo de Apolo, estuvo a punto de acertar a Héctor, pero Zeus rompió su cuerda. Sí mató a Archeptolemus, su auriga, y muchos otros troyanos.

Teucro formó parte de los guerreros que se infiltraron en Troya dentro del famoso caballo de madera.

Cuando su medio hermano Áyax se suicidó, Teucro guardó su cuerpo para el entierro y enfrentó a Agamenón y Menelao, que querían impedirlo.

Sin embargo, a su regreso a Salamina, su padre Telamón no le perdonó lo sucedido con Áyax, y lo expulsó de su reino.



Así, Teucro comenzó su periplo en busca de un nuevo hogar. Consultó a la profetisa Teónoe en Egipto y allí se encontró con Helena de Troya, a la que relató el resultado de la Guerra.

Se unió a Belus de Tiro en su ataque a Chipre y, tras la victoria, fundó Salamina de Chipre. Allí se casó con la hija del rey y tuvo una hija. 


Después, diferentes leyendas locales, mezcladas con referencias de autores posteriores, lo sitúan en varias fundaciones míticas de ciudades.

Una de ellas es Cartagena, fundada por Teucro como Tucria en el 1184 a. C., según lo recogido en el Discurso de Cartagena.

Otra es Pontevedra, fundada por Teucro bajo el nombre de Helenos según una posible leyenda renacentista.

Versaba una placa en el ayuntamiento de Pontevedra: “Te fundó el valiente Teucro / en la orilla de este río, / para que en España fueses / una maravillosa villa, / de Zebedeo la espada / corona de tu gentileza; / un castillo, un puente y mar, / que es timbre de tu nobleza.




¿Cuánto de cierto hay en las fundaciones de Teucro? Es imposible saberlo. Algunos autores señalan que estas leyendas podrían ser una reminiscencia de contactos tempranos con comerciantes griegos, o bien una aspiración más moderna de fundamentar las raíces de las ciudades en la épica griega.


*Spoiler alert” (no sigas si vas a leer el relato): Parece que Teucro encontró su final en las aguas del Atlántico, persiguiendo a una sirena hija de Océano llamada Leucoina. En la riquísima (y denostada) mitología de la Península también tenemos innumerables sirenas poblando nuestros ríos, lagos y mares. Muchas veces ejercen el papel de femme fatale, atrayendo a los hombres hacia las aguas para asfixiarlos.




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