5 cosas que quizá no sepas sobre los galos


Sabemos mucho sobre los romanos (sí, mucho), sobre griegos, vikingos y americanos. ¿Pero alguna vez te has parado a pensar qué sabes sobre el pasado de nuestros vecinos franceses?

Sí, sabes que resistieron frente al avance romano, que tenían druidas de largas barbas, comían jabalí y llevaban cascos con alas. Quizá sepas que un señor llamado Vercingétorix puso en aprietos al bueno de Julio, y que igualmente acabó en el calabozo.

Así que vamos a aprovechar el estreno de mi novela “Tarvos, de Tartessos a la Galia” para conocer algunos datos curiosos…


Hasta ocho veces se saqueó Roma a lo largo de la historia, y los primeros fueron los galos senones bajo el liderazgo de Breno en el año 390 a.C. Tras arrasar Roma, incapaces de asaltar la acrópolis, los senones la sitiaron. Vencidos por el hambre, los defensores aceptaron pactar la rendición. Sin embargo, al colocar el oro en la balanza, los romanos trataron de engañar a los galos. Breno, al percatarse, pronunció la célebre frase “Vae victis”, “¡Ay, de los vencidos!”.

En Tarvos no saqueamos Roma, pero acompañaremos a los galos en sus incursiones por los Alpes y Etruria. Si quieres saber más sobre las tribus galas, puedes visitar esta entrada del blog.


Se conservan cientos de inscripciones en idioma galo, realizadas sobre piedra, cerámica y plomo. Utilizaban los alfabetos etrusco, griego y, posteriormente, latino. La mayor parte de las inscripciones incluyen nombres y lugares, al tratarse de elementos votivos.

Gracias a una placa encontrada en Coligny, conocemos su calendario. Se trata de un calendario lunisolar no muy distinto a otros de la época, basado en la observación de los ciclos celestes. Podrás aprender los nombres de los meses en la novela.


Como siempre ocurre con los vencidos, las referencias que conservamos de los galos y en general del resto de pueblos celtas son, en su mayoría, negativas. Griegos y romanos los tildaron de bárbaros y salvajes. Sin embargo, los galos tenían unos estamentos sociales y políticos muy desarrollados, pero en lo que definitivamente despuntaron fue en la metalurgia. Como herederos de la cultura de Hallstat, impulsora del hierro en Europa, los galos fueron grandes armeros y herreros. Varrón atribuye a los galos la invención de la cota de malla, si bien se ha encontrado un artefacto similar anterior, procedente de Etruria.


Según Plinio el Viejo, otro de los inventos galos fue el barril (aunque se tiene constancia de objetos egipcios similares). Seguramente los rellenarían de una bebida muy similar a la cerveza pero más espesa, resultado de fermentar cebada y otros cereales. En Tarvos podrás acompañar a Habis por las tabernas galas y sufrir algún que otro dolor de cabeza.


Ya hemos dicho que los galos escribían pero, ¿Cómo era su idioma? El galo (no confundir con el galó) es una lengua muerta que se habló hasta el siglo VI d.C. en Francia y regiones colindantes. De la familia indoeuropea, fue una de las lenguas celtas continentales más extendidas, emparentada con el gálata y el lepóntico, y también con el celtíbero. Se conoce bastante bien gracias a las inscripciones encontradas, e incluso se ha hecho una reconstrucción del idioma con bastante éxito en Francia y Suiza. El grupo suizo Eluveitie escribe muchas de sus letras en esta recreación.

Si quieres saber más sobre las lenguas celtas, puedes leer este artículo que escribí hace un tiempo. Spoiler alert: el debate sigue candente.


¿Te has quedado con ganas de más? ¡Sumérgete en la cultura gala de la mano de Habis en “Tarvos, de Tartessos a la Galia”!

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¡Échale un vistazo al tráiler!

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